El café se terminó mucho antes de que se
enfriaran los huevos, por lo que mi pesadumbre no creció tanto, y es que en
esos momentos me perdí entre los “Hello
darkness my old friend” y los “I’ll
guess we just have to adjust”, oscilando de atrás para adelante en el
tiempo, admirando la fuerza de la música, haciendo listas y catalogando discos;
inspirada un poco en lo que hizo Bloom con los títulos literarios que él
jerarquizó en su canon, se anotan una a una en mi cabeza títulos discográficos
desde Simon and Garfunkel y (obviamente) los Beatles, hasta Arcade Fire y St.
Vincent, pasando por todo lo que hay en medio como Electric Light Orchestra,
Miles Davis, Talking Heads, Joy Division, Antony & The Johnsons, White
Stripes, etc. Entonces bulle la emoción del por qué y el cómo de las canciones
y sus creadores, y quiero comenzar a justificarlas, hasta que me acuerdo que a
pocos les ha interesado el proceso; inevitablemente, siempre que esto sucede,
termino leyendo La nueva música clásica
de José Agustín. Por supuesto hay 66 años entre aquel ensayo y el presente, en
donde miles de canciones y discos han marchado frente a nosotros, e indiscutiblemente
podría nombrar a varias de estas obras como clásicas y canónicas, dentro de ese
mismo concepto que Agustín desarrolla, aunque caprichosamente, a lo largo de su
ensayo. Vaya, es el concepto de Bloom muy sui generis, como todo en esta vida,
porque mucho de lo que he llegado a escuchar, lo tomo como la representación
sintética de la gran belleza cósmica, aunque para muchos otros es la mera
representación de basura auditiva. Sin duda, el ensayo es muy importante para
mí; no sólo me ha enseñado un mundo de melodías, sino que también hay otros
allá afuera como nosotros, que tenemos esta necesidad escuchar música, sentirla,
analizarla, debatirla, compartirla, hablar sobre ella, erigirle monumentos y
altares, etc., y no sólo consumirla por el bien del consumo. En fin. Sé que
quienes hayan leído el ensayo de don José, es porque son como yo. Somos el “I am
he as you are he as you are me and we are all together” de esta situación.
He aquí, un pequeño extracto en donde
desarrolla una línea del tiempo en la historia de la música.
Flashback w|apologies to old Rabelais
en
un principio fueron Leadbelly y Woody Guthrie y Muddy Waters y Billie Holiday y
Bessie Smith y Ellington y Gillespie y Monk y Modern Jazz Quartet quienes
empezaban a emparentarse con Ravel y Stravinsky y Sibelius y Varèse y así vino
Ray Charles y llegó Elvis Presley al lado de Chuck Berry y Fats Domino y Little
Richard y engendró a Gene Vincent y a Buddy Holy y vio surgir a Jackie Wilson y
a James Brown y a Otis Redding y luego a las Supremes y a los Beach Boys cuando
ya existía Bob Dylan quien trascendió a Joan Báez y a Peter Paul and Mary y a
Peter Seeger y engendró a Donovan y a Tim Buckley y a Judy Collins y hasta a
Leonard Cohen e influyó y fue infuido por los Beatles y los Rolling Stones
quienes engendraron a los Kinks y a los Yarbirds y a los Byrds y a los Lovin’
Spoonful amigos de Mamas and the Papas precursores de Greatful Dead y Jefferson
Airplane y Butterfield Blues Band que con Blues Project y Big Brother and the Holding
Company volvieron a los Stones y Muddy Waters mientras Frank Zappa y sus Mothers
of Invention estudiaban a Varèse y con Beatles y Stones se interesaban por
Stockhausen y Boulez después de pasar por Bach Vivaldi & Mozart mientras
los Doors improvisaban asimilando el jazz y Vanilla Fudge y H. P. Lovecraft
conocían a los clásicos y no recurrían a efectos de estudio y Velvet
Underground unía a Dylan con Sade y Jimi Hendrix Experience mezclaba a Georgia
con Liverpool cuando los Who y Procol Harum y Cream y Pink Floyd experimentaban
y dignificaban a Inglaterra y para entonces todas las corrientes podían ser una
sola y todos se amaban y no competían y se ayudaban gracias a Maharishi Mahesh
y Ravi Shankar y ácido y Che Guevara y Fidel Castro y así hablaban de este
mundo y de otros mundos y Fever Tree y Love y Fugs y Blood Sweat and Tears y
Electric Flag y Blue Cheer y Janis Ian y Simon and Garfunkel y Steppenwolf y
Iron Butterfly y Clear Light y Free Spirits y hasta los Monkees recibían y
empezaban a dar lo que ningún otro arte había dado en tan poco tiempo y que al
fin se recogió en México donde Angélica María y los Dug Dugs y Javier Bátiz y
sus Finks y Mayita y Tijuana Five aprovechaban las experiencias para ofrecer
otras y seguir adelante.
La nueva música clásica, José Agustín. En Cuadernos de la juventud, Ed. Imprenta Casas, México, 1968. pp. 11, 12, 13.
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"Oberlippentanz fur Solo Trompet"
Samstag aus Licht, 1983
Karlheinz Stockhausen
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