miércoles, 1 de julio de 2015

Simiescas fantasías: una excusa para ver Demon Days Live

Cuando sea grande, más grande de lo que soy ahorita y tenga quizá nietos o biznietos, sueño en que ellos me usen como su fuente "inagotable" de música. Del que los chavalos en aquellos años ya no escucharán; o que si escuchan, muy difícilmente encontrarían por ahí rondando. Entonces dirán: "Vayamos con Nana Rana, ella siempre ha sabido lo que es bueno". Y cuando lleguen conmigo, les pondré los discos que en mis largos y felices años de vida me llenaron de energía, sabiduría, humildad, amor, etc. Acompañando cada canción con anécdotas de cómo las descubrí y qué pasó cuando estaba tal o cual pieza sonando en el fondo. 

     Por ejemplo, recuerdo muy bien cuando vi el Demon Days Live de Gorillaz. Llamémoslo un mágico momento de esos que suceden cuando estás quedando bien con alguien, porque nadie hablaba durante la cita y nos limitábamos a escuchar música, emocionarnos con la canción que seguía a tal o cual, incluso a cantar pedazos. Todo mientras degustábamos anormalmente grandes tazas de café con crema batida y fumábamos cigarrillos, los cuales eran bien vistos frente a la sociedad en aquello días de bonanza. La verdad, este es uno de dos bellos recuerdos de momentos que fueron musicalizados por Gorillaz. La banda está en mi canon por esa y muchas razones más. Sin embargo, el viaje al carril de los recuerdos fue una excusa para compartir el concierto del cual hablo al principio del párrafo. 



Demon Days: Live at the Manchester Opera House (2006)
Gorillaz

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